Tenemos la posibilidad de participar y ser artífices en la construcción de la educación que el país y el mundo necesitan.
“Nadie se baña dos veces en el mismo río”, dijo Heráclito, y no hay expresión que mejor describa el espíritu de este tiempo. La tecnología, la inteligencia artificial y hasta la pandemia, que aparentemente detuvo la vida por unos meses, han acelerado las transformaciones sociales, económicas, ambientales y educativas.
Sabemos que el cambio en la educación no solo es natural sino inevitable, pero vale la pena preguntarnos, ¿qué de lo que conocemos debe permanecer y qué debe transformarse? ¿Cuál es el papel de los avances tecnológicos, de las universidades, del sector productivo, de los profesores y de los estudiantes en este proceso? ¿Cuál es la educación que el país necesita? Pero, sobre todo, cuál es el modelo que mejor se ajusta a las expectativas de nuestros jóvenes.
Esta es una invitación a reflexionar de manera profunda sobre estas preguntas y a construir, a partir del diálogo, un modelo de educación pertinente, inclusiva, de calidad, que acoja los proyectos de vida de los estudiantes y que responda a los retos planetarios que enfrentamos.
En las siguientes páginas reunimos las preocupaciones de los estudiantes, las voces de los expertos y presentamos algunas experiencias alrededor de cuatro elementos fundamentales: flexibilidad, trayectorias educativas, calidad y experiencia en el campus.
Flexibilidad
Propendemos por una educación modular, en la que los estudiantes puedan ajustar el currículo según sus intereses y necesidades; que incluya modelos educativos híbridos (presenciales y virtuales); ofrezca horarios diversos y distintas metodologías de aprendizaje que se adapten a los ritmos individuales y les permita adquirir los conocimientos que mejor se ajusten a su proyecto de vida.
Propendemos por una educación flexible, que privilegie los caminos trazados por los estudiantes, sus propias trayectorias; que resignifique el papel de los campus para la experiencia de aprendizaje; que cierre brechas; redefina la calidad considerando nuevos modelos educativos, las competencias y las habilidades personales, y brinde soluciones a las necesidades del entorno.