Mito

Las oportunidades son las mismas para todas las personas

Por María Paula Hernández B.

Las oportunidades son las mismas para todas las personas

Por María Paula Hernández B.

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“La desigualdad empieza desde muy temprano. Las brechas se abren desde los primeros años de vidaˮ.

Mónica Hernández Flórez

Doctora en Economía y Política Pública

Es difícil imaginar que un mismo país encierre territorios con niveles de saneamiento básico similares a los de Australia y Haití al mismo tiempo. No es común y pasa en Colombia, uno de los países más desiguales del mundo, según lo registró el informe Desigualdades territoriales en Colombia: realidades y perspectivas, desarrollado por la Universidad EAFIT y el BID.

Se trata de un fenómeno derivado de múltiples causas históricas y prolongado en el tiempo por distintos factores que siguen operando en la actualidad. “La desigualdad es multidimensional, es decir, se expresa de muchas formas. Y si bien los ingresos compran algunas cosas, hay otras que no compran”, explica Mónica Hernández Flórez, doctora en Economía y Política Pública y autora del informe.

Aun recibiendo ingresos más altos, hay territorios en los que no es posible acceder a condiciones ambientales sanas, mejorar la calidad de los servicios públicos o adquirir una mejor atención en salud, explica la experta. Así, la desigualdad empieza en el contexto social, económico y ambiental en que las personas nacen y crecen, y se manifiesta en las distintas etapas de sus vidas.

Hay características propias de ciertos territorios que reducen las oportunidades a las que tienen acceso los jóvenes. “Por ejemplo, el acceso a acueducto o alcantarillado es muy distinto en unas zonas y termina determinando no solo la salud sino, la posibilidad de acceder a una oferta educativa continua y de calidad. Sin agua, todas las actividades se alteran, se afecta la asistencia al colegio de forma continua y esto, a su vez, incidirá en la calidad del empleo futuro y en el bienestar general”.

No es lo mismo crecer y vivir los años de juventud en el campo que en la ciudad; tampoco es lo mismo si se trata de un hombre o de una mujer o si se pertenece a una cultura en particular. Tres jóvenes de tres territorios distintos narran su experiencia.

Sara Calderón Ahumada

Bogotá
20 años

En mi contexto, ser joven es tener vitalidad y energía, es estar en un proceso constante de conocimiento y crecimiento, es ir construyendo tu carácter cuando todavía, cualquier experiencia a tu alrededor te afecta en tu criterio de vida.

En mi contexto, ser joven es tener vitalidad y energía, es estar en un proceso constante de conocimiento y crecimiento, es ir construyendo tu carácter cuando todavía, cualquier experiencia a tu alrededor te afecta en tu criterio de vida.

Por supuesto tiene que ver con mi contexto. Otros no tienen estas mismas ideas de libertas, crecimiento e idealismo porque están ligados a

otras circunstancias y pueden tomar menos decisiones. La mayoría de colombianos terminamos el colegio, pero no todos seguimos estudiando porque para hacerlo son necesarios ciertos privilegios.

Yo salí del colegio a los 16 años. Entré a una primera carrera, me salí para trabajar y ahora estudio Trabajo Social en la Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, estoy en segundo semestre.

Soy afortunada porque cuento con el apoyo de mis padres, opero sé que no todos pueden hacerlo. Por eso me gusta mi carrera, porque puedo entender la política, la historia y las problemáticas sociales de nuestro país.

No es lo mismo crecer y vivir los años de juventud en el campo que en la ciudad; tampoco es lo mismo si se trata de un hombre o de una mujer o si se pertenece a una cultura en particular. Tres jóvenes de tres territorios distintos narran su experiencia.

Sara Calderón Ahumada

Bogotá
20 años

En mi contexto, ser joven es tener vitalidad y energía, es estar en un proceso constante de conocimiento y crecimiento, es ir construyendo tu carácter cuando todavía, cualquier experiencia a tu alrededor te afecta en tu criterio de vida.

En mi contexto, ser joven es tener vitalidad y energía, es estar en un proceso constante de conocimiento y crecimiento, es ir construyendo tu carácter cuando todavía, cualquier experiencia a tu alrededor te afecta en tu criterio de vida.

Por supuesto tiene que ver con mi contexto. Otros no tienen estas mismas ideas de libertas, crecimiento e idealismo porque están ligados a

otras circunstancias y pueden tomar menos decisiones. La mayoría de colombianos terminamos el colegio, pero no todos seguimos estudiando porque para hacerlo son necesarios ciertos privilegios.

Yo salí del colegio a los 16 años. Entré a una primera carrera, me salí para trabajar y ahora estudio Trabajo Social en la Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, estoy en segundo semestre.

Soy afortunada porque cuento con el apoyo de mis padres, opero sé que no todos pueden hacerlo. Por eso me gusta mi carrera, porque puedo entender la política, la historia y las problemáticas sociales de nuestro país.

La juventud es una etapa de la vida donde uno decide qué va a ser, donde toma decisiones. Los jóvenes en el campo pensamos en qué hacer, si estudiar o seguir aquí. La respuesta depende. Para una mujer es mejor estudiar.

Mi hermana estudia Educación Física en la Universidad Cooperativa de Colombia y yo la apoyo. Cuando yo me gradué del colegio quise estudiar Veterinaria o Zootecnia, pero no pude porque es costoso, y si uno se gana lo del jornal, no le alcanza. Entonces decidí seguir trabajando con los animales, es lo que hacía mi papá, y me enseñó desde niño. Empecé en mi vereda, Cincomil, en una finca ganadera, y llevo ya 10 años al servicio de la ganadería.

He ahorrado y quiero estudiar, pero no es fácil. Hay que pagar el arriendo, la comida, el semestre, las cosas que piden…, son muchos gastos. Muchos jóvenes lo piensan porque no tienen el apoyo de los padres o sus familias son de escasos recursos. Podrían hacerlo, pero les toca sacrificar varias cosas. El trasnocho, trabajar 12 horas, luego salir a estudiar.

En cuanto al trabajo, pocos consiguen porque para trabajar piden experiencia. El trabajo es escaso. Antes la gente cultivaba bastante, pero ahora los insumos están demasiado caros y la gente dejó de cultivar. Ahí se paró el trabajo.

Gilberto Osorio Amaya

Palmar, Santander
20 años

Gilberto Osorio Amaya

Palmar, Santander
20 años

La juventud es una etapa de la vida donde uno decide qué va a ser, donde toma decisiones. Los jóvenes en el campo pensamos en qué hacer, si estudiar o seguir aquí. La respuesta depende. Para una mujer es mejor estudiar.

Mi hermana estudia Educación Física en la Universidad Cooperativa de Colombia y yo la apoyo. Cuando yo me gradué del colegio quise estudiar Veterinaria o Zootecnia, pero no pude porque es costoso, y si uno se gana lo del jornal, no le alcanza. Entonces decidí seguir trabajando con los animales, es lo que hacía mi papá, y me enseñó desde niño. Empecé en mi vereda, Cincomil, en una finca ganadera, y llevo ya 10 años al servicio de la ganadería.

He ahorrado y quiero estudiar, pero no es fácil. Hay que pagar el arriendo, la comida, el semestre, las cosas que piden…, son muchos gastos. Muchos jóvenes lo piensan porque no tienen el apoyo de los padres o sus familias son de escasos recursos. Podrían hacerlo, pero les toca sacrificar varias cosas. El trasnocho, trabajar 12 horas, luego salir a estudiar.

En cuanto al trabajo, pocos consiguen porque para trabajar piden experiencia. El trabajo es escaso. Antes la gente cultivaba bastante, pero ahora los insumos están demasiado caros y la gente dejó de cultivar. Ahí se paró el trabajo.

Ser joven significa tener muy vivas las emociones, la alegría, el amor, y saber integrarlas con la sabiduría que heredamos de nuestros ancestros, aunque es una experiencia distinta para cada uno.

Acá la mayoría son bachilleres. Algunos tienen sus diplomas y cursos, pero aun así es difícil conseguir trabajo dentro de la comunidad. A algunos les dan la oportunidad, pero la mayoría debe buscarla afuera, en los municipios cercanos y en la ciudad. Es difícil, casi siempre piden mucha experiencia.

Yo primero estudié para ser auxiliar de enfermería. El área de la salud es muy valorada en la comunidad porque mejora nuestras condiciones de vida. Sin embargo, cuando terminé tuve que esperar durante meses para que me llamaran a trabajar en Andes y en Jardín.

Los jóvenes casi no se animan a estudiar porque acarrea muchos gastos. La mayoría trabaja en agricultura, en fincas cercanas. Las muchachas se casan, tienen hijos y no siguen más con ese proceso.

Ahora estudio Licenciatura en Pedagogía de la Madre Tierra en la Universidad de Antioquia porque me apasiona ser maestra, pero para estudiar he trabajado recolectando curubas, haciendo artesanías y vendiendo obleas.

Elida Tascón
Tascón

Resguardo Indígena
de Cristianía
Karmata Rúa
Antioquia
23 años

Elida Tascón
Tascón

Resguardo Indígena
de Cristianía
Karmata Rúa
Antioquia
23 años

Ser joven significa tener muy vivas las emociones, la alegría, el amor, y saber integrarlas con la sabiduría que heredamos de nuestros ancestros, aunque es una experiencia distinta para cada uno.

Acá la mayoría son bachilleres. Algunos tienen sus diplomas y cursos, pero aun así es difícil conseguir trabajo dentro de la comunidad. A algunos les dan la oportunidad, pero la mayoría debe buscarla afuera, en los municipios cercanos y en la ciudad. Es difícil, casi siempre piden mucha experiencia.

Yo primero estudié para ser auxiliar de enfermería. El área de la salud es muy valorada en la comunidad porque mejora nuestras condiciones de vida. Sin embargo, cuando terminé tuve que esperar durante meses para que me llamaran a trabajar en Andes y en Jardín.

Los jóvenes casi no se animan a estudiar porque acarrea muchos gastos. La mayoría trabaja en agricultura, en fincas cercanas. Las muchachas se casan, tienen hijos y no siguen más con ese proceso.

Ahora estudio Licenciatura en Pedagogía de la Madre Tierra en la Universidad de Antioquia porque me apasiona ser maestra, pero para estudiar he trabajado recolectando curubas, haciendo artesanías y vendiendo obleas.

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