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Mito 3
Existen buenos y malos líderes
Por María Camila López R.
El compromiso conduce a los resultados
El liderazgo, en su esencia, no se trata de títulos o cargos, sino de la capacidad de influir, inspirar y guiar a otros hacia un propósito común. Un líder no solo dirige, sino que genera confianza, escucha, aprende y evoluciona junto a su equipo. Es un proceso en constante construcción que requiere autoconocimiento, experiencia y compromiso.
Desde esta perspectiva, hablar de “buenos” o “malos” líderes no es del todo preciso. “No es que existan buenos o malos líderes, sino personas en autoridad que ejercen el liderazgo y personas en autoridad que no ejercen el liderazgo”, sostiene Raquel Roldán Yepes, profesora de mercadeo, dirección y liderazgo de EAFIT. Es decir, hay quienes asumen un rol de liderazgo con responsabilidad y conciencia, y quienes, pese a tener una posición de poder, no desarrollan las habilidades necesarias para liderar de manera efectiva.
Cuando alguien en una posición de autoridad trabaja en su empatía, conciencia e integridad, está fortaleciendo su capacidad de liderar de manera sostenible y efectiva.
“Si por el contrario la autoridad se ejerce desde el cumplimiento de meras instrucciones ni siquiera lo llamaríamos líder, lo llamamos jefe que está en ausencia de liderazgo. Esa diferenciación de conceptos es muy importante”, agrega.
De esta manera, los resultados de un líder comprometido y consciente son distintos a los de alguien que simplemente ocupa un cargo. “Ahí sí podemos hablar de resultados buenos o malos. Cuando una persona tiene ausencia de liderazgo, sus resultados no van a ser efectivos ni sostenibles en el tiempo. Por el contrario, el líder que trabaja en sí mismo y pone en práctica habilidades transformacionales, puede lograr altos niveles de motivación y moralidad en las personas que están siendo lideradas”, explica Raquel Roldán.
Por eso, es fundamental comprender que el liderazgo es más que una posición dentro de una organización, es una filosofía de vida, un proceso de aprendizaje continuo, pues los líderes son, ante todo, seres humanos con límites y errores.
De esa comprensión, se asume la decisión de construirse a sí mismos y de construir junto a otros cada día.