Inicio » La disyuntiva latinoamericana
La disyuntiva latinoamericana
La democracia en Latinoamérica se enfrenta a una encrucijada. En algunos países se afianzan políticos y acciones autoritarios; en otros los ciudadanos resisten para defender los ideales democráticos.

Por María Teresa Ronderos
Directora del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística, CLIP.
De dos maneras se pueden leer estos gráficos, que dan un vistazo al estado de la democracia en este continente de 24 países y 670 millones de habitantes.
La primera sintoniza con el pesimismo que hoy abunda. En Cuba, Nicaragua, El Salvador y Venezuela ya se instalaron los dictadores. La democracia como ideal cede terreno porque menos gente la apoya o está satisfecha con ella. Unas mayorías perciben a los políticos como corruptos. Hay poco respeto por las instituciones, mientras la confianza en los medios de comunicación y los órganos electorales y de justicia ha venido cayendo. e justicia ha venido cayendo. Incluso, donde hay democracias, estas han retrocedido. En México se desmontó un admirado sistema de transparencia oficial; en Argentina, el presidente Milei decretó restricciones a la información pública, lo que les permitió a los funcionarios negarla con vaguedades.
En Paraguay se aprobó una ley garrote que restringe la acción de la sociedad civil, y podría limitar los derechos a la privacidad, la libertad de expresión y de asociación. Una ley similar, conocida como anti-ONG, pasó en Perú. En Guatemala, la fiscal general se atrincheró en la institución, y desde ahí procesa judicialmente con cargos espurios a líderes indígenas, periodistas, críticos, investigadores judiciales anticorrupción y hasta al propio partido de gobierno. Cuenta con el apoyo de lo que llaman allá el pacto de corruptos, una mezcla de exmilitares, políticos juzgados y de crimen organizado.
Una segunda mirada a estos datos es más esperanzadora. Mientras el mundo se ve mayoritariamente rojo autoritarismo, Latinoamérica sigue siendo azul democrático, con algunos puntos rojos. Son democracias débiles, pero lo siguen siendo porque hay elecciones libres, el poder cambia de manos, se reconocen los derechos individuales, sobre todo de minorías, y los ciudadanos pueden opinar, participar, movilizarse. Y, en la mayoría de los países, más de cuatro de cada cinco personas no creen que sea preferible apoyar a un dictador. También mayorías votan en las elecciones y, aunque persiste la corrupción, hay justicia para los poderosos: 16 presidentes condenados.
Con ánimo miramos a Brasil, un país que ha sabido defender su democracia con ahínco, luego del fallido golpe de Estado de enero de 2023. Está procesando judicialmente a los conspiradores, incluido al expresidente Bolsonaro. Esa democracia está probando ser más sólida que la que fuera emblemática en Estados Unidos. Caminamos, entonces, por un desfiladero, con la democracia que se arraiga en unos países, mientras en otros echa para atrás.
Haz click para ver la imagen
Cifras desde 2006 a 2023. Fuente: Latinobarómetro 2024, Data Playground.
¿Cuántos políticos de su país cree que están involucrados en corrupción?
Los porcentajes equivalen a las personas que consideran que más de la mitad o todos los políticos son corruptos.
¿Cómo está la confianza en las instituciones de la democracia y en la Iglesia en Latinoamérica?
Porcentaje quienes tienen mucha confianza y algo de confianza en las instituciones y la Iglesia.
¿Tiene mucho respeto por las instituciones políticas de su país?
Los porcentajes corresponden al nivel de confianza de los ciudadanos en las instituciones políticas.
Presidentes de Latinoamérica condenados y acusados de corrupción
Con casos en 11 países, 26 presidentes en total han tenido acusaciones o condenas.
Fuente: Latinobarómetro 2024.
¿Prefieren un gobierno autoritario por encima de uno democrático?
La gráfica presenta una variación entre el año 2023 y el año 2024 por país de Latinoamérica.
Países y territorios clasificados según el Índice de Democracia Global 2023
Índice basado en cinco categorías:
1. Proceso electoral
2. Pluralismo y funcionamiento del gobierno
3. Participación política
4. Cultura política
5. Libertades civiles
Fuente: The Economist y Statista.
¿Se puede confiar en la mayoría de las personas?
La gráfica revela que el promedio de confianza de los ciudadanos en Latinoamérica es del 15 %.
Fuente: Latinobarómetro 2024
*El estudio de Latinobarómetro no se realiza en Nicaragua desde 2023 por falta de seguridad para los encuestadores bajo la dictadura de Ortega.
¿Qué la pone en riesgo?
Con enorme desconfianza entre ciudadanos es más difícil para los demócratas aguantar los embates de los autócratas. A ella contribuye la rápida expansión del crimen organizado. Este cabalga en carroza de dos caballos: una política antidrogas fallida impuesta desde el norte y una descarada concentración de la riqueza que deja a millones de jóvenes con pocas oportunidades para escapar del sinfuturo. Casi no queda país en la región donde el narco no deje su huella sangrienta y su estela corrupta. La desinformación que corre veloz por las redes sociales, ante plataformas tecnológicas más bien pasivas, tampoco ayuda. Siembra miedo, polariza y fertiliza el terreno para que crezcan los que se proclaman “salvadores”.
En Colombia, el poder criminal vuelve a desafiar la frágil tranquilidad social, solo que, a diferencia del pasado, cuando la dirigencia democrática reaccionó solidaria y unida, ahora esta aparece partida en dos bandos. Cada uno ataca al otro denigrando de las propias instituciones democráticas que nos han sostenido en medio de un gran sufrimiento humano. Se pone en duda al juez cuando el fallo no gusta, la independencia electoral cuando se pierde una elección, la prensa cuando esta no es incondicional del bando. Ponen en riesgo así lo que hemos conseguido, que no es poco: una justicia más autónoma que en la mayoría de los países de la región y una sociedad civil luchadora que gana batallas por sus derechos. Enfrentamos los latinoamericanos una disyuntiva: optamos por el atajo del dictador que reprime el crimen y promete prosperidad rápida, pero sofoca pronto la democracia, o seguimos por el sendero difícil de alternar gobiernos regulares, pero que dejan espacio para dar la pelea por los derechos. Lo primero cosecha hoy popularidad y lágrimas mañana. Lo segundo produce gobernantes menos queridos, pero ciudadanos más empoderados del rumbo que tomen sus sociedades.
Recopilación de datos: Luis Miguel Cardona Aguirre