TRAYECTORIAS, NO HAY QUE EMPEZAR DE CERO
Por María Antonia Giraldo
La estudiante
Poder acceder a educación técnica es cada vez más importante para los jóvenes porque nos permite descubrir nuestra vocación e ingresar al mercado laboral rápidamente. Con este primer título espero empezar a trabajar, fortalecer mi emprendimiento en moda circular y luego estudiar un pregrado que me permita seguir avanzando”.
La experta
La educación se trata de eso: de ofrecer oportunidades para que cada uno pueda utilizarlas de la mejor manera y con eso contribuir a una transformación social.
Tecnología + educación = transformación social
Las habilidades y el conocimiento del que disponen los estudiantes en la actualidad sería difícil de imaginar hace 30 años. El dominio que tienen de la tecnología les permite acceder a un conocimiento ilimitado y esta es una gran oportunidad.
Por eso las instituciones también debemos transformarnos e incidir desde todos los niveles educativos. Es clave articular esfuerzos entre distintos modelos de educación, permitir que los estudiantes aprovechen el saber que tienen a disposición y acercarlos a su realidad para que tracen un camino propio. La educación se trata de eso: de ofrecer oportunidades para que cada uno pueda utilizarlas de la mejor manera y con eso contribuir a una transformación social.
De cara a esta realidad, Colombia debe superar las brechas existentes en el acceso a conectividad y tecnología, así como fortalecer la adquisición de un segundo idioma en niños y jóvenes de entornos rurales y urbanos. Muchas veces pensamos que los jóvenes no tienen la solución a problemas reales, pero la tienen. Basta conectarlos con las necesidades de su contexto próximo, generar la conciencia de un aprendizaje autónomo y ofrecerles distintas opciones de formación articuladas con las cuales construir su propia trayectoria.
El ejemplo
Una nueva forma de aprender en el Tec de Monterrey
El Tecnológico de Monterrey inició su proceso de transformación, por medio un modelo educativo basado en competencias que busca afianzar las conexiones entre conocimientos prácticos y teóricos, y desarrollar el potencial de sus estudiantes. “Estamos formando personas preparadas para el mercado laboral, pero también profesionales que pueden romper esquemas y crear nuevos instrumentos para el siglo XXI”, señala María de Alva Levy, escritora y profesora de la Escuela de Humanidades y Educación de la institución.
El modelo plantea un plan de estudio dividido en tres etapas. La primera, de exploración, agrupa a los estudiantes según la macroárea de su interés para luego enfocarlos, en una segunda etapa, en la carrera de su elección. Por último está la etapa de especialización, en la que los estudiantes eligen en qué subdisciplina concentrarse a través de cursos, prácticas o experiencias internacionales. Cada plan de estudios se estructura a partir de módulos compuestos por retos y experiencias de aprendizaje que combinan conocimientos teóricos y prácticos, correspondientes tanto al área de estudio como a temas de innovación, comunicación y transformación digital.
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Lo que tenemos que preguntarnos
Lo que tenemos que preguntarnos
¿Cómo fortalecer la autonomía de los estudiantes en su proceso educativo?