Inicio » Voces de la democracia en un contexto
La democracia no solo se ejerce en las urnas: también se defiende en las empresas, en la educación, en los proyectos sociales y comunitarios, y en el emprendimiento. Estos cinco testimonios confirman que puede florecer en muchos frentes.
Sin democracia no hay confianza, y sin confianza no hay negocios sostenibles
Por María Camila López Ramírez

María Mercedes Barrera Tobar
Gerente de Comunicaciones y Desarrollo Sostenible, y directora ejecutiva de la Fundación Sura, Grupo Sura
”En Grupo Sura, la empresa se asume como actor económico, social y también político: un ciudadano corporativo con derechos y deberes, responsable de aportar a los bienes comunes. La compañía es más sostenible en una sociedad sostenible y no es un fin en sí misma, sino un vehículo para ampliar el bienestar. Desde esa convicción se fueron tejiendo apuestas: apoyo a tanques de pensamiento para mejorar políticas públicas, trabajo en paz y empleabilidad de personas vinculadas al conflicto, y fortalecimiento institucional.
Hace cuatro años se realizó un análisis sobre cómo participar mejor en asuntos de ciudadanía y democracia y se concluyó que había que ir más allá. Se definieron focos: formación en cultura ciudadana; ciudadanía mejor informada; investigación para nuevas comprensiones e institucionalidad; y trabajo en territorio, paz y democracia con las comunidades. Con esa base nació Imaginar la Democracia. Primero se invitó a pensar con otros mediante una convocatoria para identificar proyectos y organizaciones que ya venían actuando. Luego se articuló con un medio de comunicación para dar visibilidad, abrir columnas semanales de expertos y sumar formatos como pódcast, videopódcast y cómics. De ese proceso surge el libro que reúne las primeras columnas, un hito parcial dentro de una conversación que continúa. ¿Por qué hacerlo desde la empresa? Porque la democracia garantiza participación, diálogo e inclusión de la diversidad; sin derechos, libertad y autonomía no hay avance social ni confianza, y sin confianza tampoco hay negocios sostenibles. Hablar de ciudadanía y democracia desde el sector privado puede generar temores o confusiones con el proselitismo; por eso, resulta sano ser parte de una posición no partidista, con más información de calidad, pensamiento crítico y decisiones individuales mejor fundamentadas”.

Decana de la Escuela de
Administración de EAFIT
“La libertad de empresa no puede entenderse de manera aislada; está vinculada a todas las demás libertades”.
¿CÓMO PROMOVER LA DEMOCRACIA DESDE LAS EMPRESAS?
La democracia atraviesa un momento de malestar global y el sector empresarial no es ajeno a esta crisis. Forma parte de un sistema en el que, si una pieza falla, todas las demás se resienten. “Aunque es posible que existan economías de mercado sin democracia, no puede haber democracia sólida sin economías de mercado fuertes y estables”, explica Cristina Vélez.
De acuerdo con la decana, en Colombia los empresarios han perdido el hábito de conversar sobre política de forma continua. “La estabilidad relativa de las últimas décadas redujo la relación con lo público a gestiones gremiales, lo que ha debilitado la participación real y la comprensión del funcionamiento del Estado. Esto ha abierto una brecha con el sector público y ha reducido la capacidad de construir proyectos de largo plazo”.
La conexión entre democracia y empresa se refleja en prácticas como el gobierno corporativo, la transparencia y la relación con los grupos de interés (accionistas, trabajadores, comunidades, proveedores, clientes y socios). “Atender a este ecosistema no es solo un acto de responsabilidad, sino una condición para obtener la licencia tácita para operar que otorgan las comunida – des”, puntualiza.
Así, transparencia, legitimidad y gobernanza son pilares democráticos dentro de las organizaciones. Formar líderes empresariales con conciencia democrática implica comprender mejor lo público, reconocer los incentivos que lo mueven y fomentar una colaboración público-privada más sostenible, que no dependa de gobiernos de turno, sino de proyectos de largo aliento.
Congreso visible democracia que se construye con información
Por Salomé Arroyave Bedoya

Beatriz Helena Gil
Coordinadora de Congreso Visible en la Universidad de los Andes
“El Congreso es el reflejo perfecto de lo que es Colombia: todo lo bueno, lo regular y lo malo del país está ahí. Eso es lo que siempre les digo a mis alumnos. Hay personas que construyen y otras que no tanto. Con esta idea nació Congreso Visible en 1998, una iniciativa de profesores y estudiantes de la Universidad de los Andes que buscaba informar sobre los candidatos presidenciales del mismo año. Tuvimos una buena acogida, y, una vez pasaron las elecciones, nos convertimos en un observatorio legislativo que les hace seguimiento a las actividades del Congreso y de quienes lo integran.
Brindamos información clara, transparente y accesible a todas las personas que deseen informarse, y también tenemos procesos de formación con semilleros de investigación abiertos a todos los estudiantes, indiferentemente de su carrera, además de procesos de regionalización en alianza con universidades como EAFIT, Icesi y la Autónoma de Manizales. Un ejercicio de participación y formación en el sector educativo que ya significa ejercer la democracia. Además, hemos usado la tecnología para democratizar la información de forma imparcial y rigurosa, cosa que también facilita la participación ciudadana y la apertura del Congreso a la diversidad de posiciones políticas. Eso, y que la ciudadanía se interese en estar informada, empoderada y dispuesta a exigirles a sus representantes, es lo que nosotros entendemos por democracia en Congreso Visible”.

Politóloga y profesora de la
Universidad de los Andes
“Es una relación bidireccional: la educación debe promover los valores democráticos y la democracia debe ofrecerle a la educación condiciones para hacerlo”.
¿CÓMO PROMOVER LA DEMOCRACIA DESDE LA EDUCACIÓN?
Para Laura Wills, la educación y la democracia mantienen una relación bidireccional: la primera debe formar ciudadanos conscientes de los valores democráticos, mientras la segunda debe garantizar la autonomía y la libertad de los centros educativos. Así se forma una ciudadanía crítica que cuestiona, reflexiona, escucha y participa.
De acuerdo con Wills, estos son los aspectos de una educación que fortalece dichas cualidades:
• Formación en valores. La tolerancia, el debate respetuoso y la conciencia del papel que juega la política en la vida cotidiana son la base de la democracia. Además de una ética que respete la diversidad de una sociedad heterogénea al reconocer que todos los actores merecen igualdad de trato y respeto mutuo.
• Educación política. Les brinda a los estudiantes conocimiento sobre el sistema político, sus instituciones, sus reglas y las múltiples formas de participación más allá del voto, como la incidencia en espacios colectivos o la representación estudiantil en órganos de decisión. Estos procesos, incluso dentro de los campus, fortalecen las habilidades para el debate público y la corresponsabilidad ciudadana.
Al partir de los valores fundamentales y escalar a la educación política, explica Wills, iniciativas como Congreso Visible fortalecen la transparencia y ofrecen información accesible de su propia legislación. Esa claridad, subraya, es esencial para que la ciudadanía ejerza un voto informado y participe activamente en la vigilancia de las instituciones democráticas.
El tejido docial como base de la democracia
Por Salomé Arroyave Bedoya

Manuel Tovar
Líder del Colectivo Gente y Bosques
”El Colectivo Gente y Bosques nació en el marco del conflicto armado en la serranía de San Lucas en 2015, una guerra que interrumpió el tejido social con violencia y plantó desconfianza en los habitantes de la zona. En 2008 llegó un proyecto de ordenación de bosques: países como Japón vieron en nuestra serranía un potencial maderable, sin saber que aquí había comunidades. En medio de ese proyecto surgieron los espacios para organizarnos; gracias a ello tuvimos un taller de fotografía y video que nos llevó a reflexionar sobre el conflicto en el que estábamos inmersos.
En 2011, con la Ley de Víctimas, decidimos crear el Colectivo de Comunicaciones por el Derecho a la Tierra, el cual permitió que nuestra comunidad fuera reconocida como sujeto de reparación colectiva. Así, en 2015 nos convertimos en el Colectivo Gente y Bosques, para defender el uso sostenible de los bosques con las comunidades dentro de estas, una iniciativa integrada por líderes de grupos étnicos, indígenas, afrocolombianos y comunidades campesinas que habitaban la serranía de San Lucas, en las veredas del municipio de El Bagre, Antioquia.
Por esto tenemos siete frentes, que incluyen el trabajo formativo, cultural, comunitario, en conservación, en comunicaciones y para la economía del territorio. Es allí donde se mide la democracia para nosotros: en la participación de espacios como estos, porque son los que, después de tanta violencia, han logrado reconstruir el tejido social. Los jóvenes forman parte activa de las juntas de acción comunal, comités de mujeres y otros espacios con los que ya hemos logrado escuelas, casetas comunitarias, diagnósticos y planes claros para gestionar recursos. La democracia para nosotros ha permitido unir a la comunidad con cineforos, cartografías sociales y actividades que favorecen el encuentro constante y la participación”.

Líder del colectivo Agroarte
Colombia
“La política de lo cotidiano es el convite, las organizaciones y todo lo que construimos desde el territorio”.
¿CÓMO PROMOVER LA DEMOCRACIA DESDE EL SECTOR COMUNITARIO?
Al hablar de democracia comunitaria, El Aka emplea el concepto de “política de lo cotidiano”, que se nutre de los procesos comunitarios y de la gobernanza popular que nace en los barrios. Esta se basa en la colaboración, la mitigación de la violencia y la planeación del territorio.
Explica que se trata de una política que construye acuerdos a partir del contexto territorial y de sus dinámicas sociales, y que se sustenta en valores que se consolidan en la cotidianidad de los espacios compartidos. Entre estos valores se encuentran:
• La confianza entre sus participantes para construir procesos comunitarios colaborativos.
• El cuidado para proteger y generar espacios seguros en territorios con dinámicas violentas o riesgos exponenciales.
• La solidaridad entre sus actores para ofrecer mejores condiciones, oportunidades, acompañamiento y, de esta forma, construir redes de apoyo comunitarias.
• Acompañamiento en duelos principalmente en los casos de violencia.
• Planeación territorial en la que se genere apropiación del espacio público para hacer catarsis colectiva y fortalecer los demás valores en lugares abiertos y accesibles.
Aunque la “política de lo cotidiano”, como llama El Aka a la democracia comunitaria, se fortalece a partir del tejido social, factores como la violencia representan una barrera que dificulta la organización comunitaria y desarticulan las que ya existen. Señala, desde su experiencia en la Comuna 13, que la presencia estatal no siempre se traduce en un mayor trabajo territorial.
Por ello, insiste en la importancia de contar con liderazgos sólidos y con una visión clara hacia el relevo generacional, de modo que la democracia comunitaria se fortalezca y se sostenga en el tiempo.
Organizaciones eficientes o democráticas
Por Salomé Arroyave Bedoya

Alexander Torrenegra
Emprendedor, inventor y CEO de Torre.ai.
“Creo que un modelo organizacional exitoso debe tener valores democráticos como la transparencia operacional y la participación, pero también debe ser selectivo con el equipo de trabajo y centralizado en la toma de decisiones. Siempre me apasionaron las computadoras y la posibilidad de crear con ellas. A los 14 años pedí mi primer préstamo para comprar una y, a los 18 ya tenía una empresa de treinta personas que ofrecía mantenimiento a domicilio. Fue entonces cuando entendí que el éxito no dependía del tamaño del equipo, sino de la rentabilidad: pasé a tres empleados y la compañía funcionó mucho mejor.
A lo largo de mi vida he fundado doce startups, y cada una me dejó aprendizajes. Durante mis primeros diez años trabajé con un modelo de autonomía alto, en el que cada quien hacía lo que consideraba mejor. Pero al crecer en personal, como ocurrió con mi primera startup grande (Voice123), descubrí sus límites: un proyecto que debía tomar tres meses tardó más de un año por falta de comunicación y exceso de autonomía. Se necesitaba de un ente centralizado en la toma de decisiones, una persona que conociera el trabajo de cada miembro y pudiera ayudar a alinearlos. Más tarde, con Bunny Studio, trabajé con profesionales brillantes, pero entendí que el talento no basta si la operación no es ágil. Por eso adoptamos planes de trabajo semanales, mucho más ágiles y efectivos.
Con el tiempo aprendí a valorar dos cosas: rodearme de los mejores y asegurar que estén dispuestos a debatir y confrontar ideas sin miedo. Creo que la alta participación y la toma de decisiones centralizada son claves para las estrategias organizacionales”.

Jefe de la Incubadora de Ideas de Negocio de On.going, Centro de Emprendimiento de Impacto de la Universidad EAFIT
“Los emprendimientos fortalecen la democracia al generar libertad económica y ser independientes del Estado. Esto fortalece la transparencia en elecciones”.
¿CÓMO PROMOVER LA DEMOCRACIA DESDE LOS EMPRENDIMIENTOS?
Para él, la autonomía y la delegación de tareas y decisiones son algunos de los valores democráticos que los emprendimientos necesitan para aumentar la eficiencia, la calidad del servicio al cliente y el bienestar de los empleados. “Normalmente son equipos de entre una y cinco personas, en los que se busca el aporte de todos los coequiperos para generar ideas y construir propuestas de valor”.
Además, los emprendimientos deben procurar un posicionamiento en el mercado mediante la construcción y oferta de alternativas que solucionen un problema y tengan un impacto en su grupo de interés. A esto se le conoce como product–market fit, y constituye uno de los mayores retos y, al mismo tiempo, una de las mejores oportunidades no solo para alcanzar clientes potenciales, sino también inversionistas.
De esta manera, además de generar empleo y crear productos de valor que produzcan impacto, los emprendimientos contribuyen de forma constante al ejercicio democrático, al ser espacios de trabajo independientes y autónomos de cualquier gobierno. “Una sociedad con muchos emprendedores es una sociedad en la que es más difícil que prolifere el populismo”.
Información y participación para incidir en lo público
Por María Camila López Ramírez
Mónica Ospina Londoño
Directora de Medellín Cómo Vamos
“La democracia es un ejercicio constante que se nutre de la participación activa y del acceso a información confiable. Escuchar la voz de la gente, interpretar sus percepciones y contrastarlas con datos objetivos es una manera concreta de empoderar la sociedad. La información de calidad se convierte en el punto de partida para comprender lo que ocurre en la ciudad y, a partir de ahí, exigir mejores decisiones. Y cuando ese conocimiento se comparte, también se abren espacios de conversación y deliberación que permiten llegar a consensos y construir soluciones colectivamente.
A lo largo de más de dos décadas, este ejercicio de Medellín Cómo Vamos ha mostrado que es posible transformar la manera como la ciudadanía participa y cómo las autoridades incluyen esas percepciones en sus planes de gobierno. Sin embargo, el trabajo nunca está terminado: la apatía, la desinformación y la polarización siguen siendo amenazas que pueden debilitar el tejido democrático. Por esto, es esencial fortalecer la educación cívica, abrir más y mejores canales de participación, y garantizar la transparencia en todo momento.
Cuando las personas sienten que su voz es escuchada y que pueden incidir en lo público, la democracia se enriquece; de lo contrario, se debilita. En este sentido, cada encuesta, foro o informe elaborado no es solo un insumo técnico, sino una invitación a ejercer la ciudadanía como un acto diario de construcción democrática. Este ejercicio no ocurre de forma aislada. Requiere de la articulación con medios de comunicación, universidades, organizaciones sociales y empresas que reconozcan la importancia de una ciudadanía informada. Estas alianzas son una manifestación de democracia que fortalece el tejido social y promueve una cultura de rendición de cuentas.
La información de calidad se convierte en el punto de partida para comprender lo que ocurre en la ciudad”.
Profesor de la Escuela de Finanzas,
Economía y Gobierno, y coordinador
de la Iniciativa de Gobierno y
Democracia-Valor Público
“La democracia es, ante todo, una forma de decidir juntos en medio de la diversidad”.
¿CÓMO PROMOVER LA DEMOCRACIA DESDE EL SECTOR SOCIAL?
Hoy los algoritmos crean círculos que simplifican la realidad y amplifican los extremos, y así cada grupo termina contemplando solo su propio punto de vista. Y en este panorama, como sostiene Santiago Leyva las organizaciones sociales y los observatorios independientes cumplen un papel central al producir datos no partidistas, escuchar las percepciones ciudadanas y articular demandas con base en evidencia técnica.
Sin embargo, para el profesor ese tejido civil está debilitado. “La reducción de la cooperación internacional, la dependencia de contratos públicos y la falta de financiamiento autónomo han limitado la capacidad de las ONG y los colectivos para incidir en la agenda pública”. Por esto, hace un llamado a buscar mecanismos de financiación que no estén atados a decisiones de gobierno, para así recuperar autonomía y capacidad crítica.
Y parte de la respuesta, en sus palabras, está en volver a concebir la información pública como un bien común, curada por expertos, plural y accesible. “En esta tarea, las universidades tienen la responsabilidad de generar conocimiento deliberativo que trascienda el aula y fortalezca la esfera pública. La educación, a su vez, debe cultivar valores esenciales como el pluralismo: aprender a escuchar, debatir con evidencia y convivir con la diferencia. De esta forma, lo social puede volver a ser el laboratorio desde el cual la democracia se construye y se fortalece”.