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Líderes de carne y hueso
Los hay en las grandes empresas, en las que apenas comienzan, en el sector público, en el mundo de la cultura o impulsando proyectos sociales.
Historias de líderes que aportan su visión, su capacidad para inspirar y su talento para transformar la realidad; sin que les importe el tamaño del entorno o del desafío.

Ser líder significa tener el privilegio de apoyar a las personas
Por Andrés Felipe Uribe.
“Desde pequeña he tenido la capacidad y los espacios que me han ido desarrollando como líder. Soy la mayor en una familia de cuatro hermanos, estuve en el consejo estudiantil de mi universidad y participé en espacios deportivos. Estos escenarios me permitieron ir creciendo en mi liderazgo.
En los inicios de mi carrera en consultoría pude acceder a otros espacios y conversaciones de alto nivel que me ayudaron a fortalecer mis roles de business intelligence y mercadeo. Esto terminó de consolidar mi papel actual como presidenta de Procafecol.
El proceso de selección para este cargo fue de gran expectativa por una oportunidad enorme de crecimiento y, a su vez, me trajo las preguntas que vienen al asumir retos que no había enfrentado antes. La noticia sobre mi elección la recibí en septiembre de 2018 cuando estaba aterrizando en Turquía. Desde el momento cero empecé con mucha ilusión y compromiso. Incluso soñé que algún día pudiéramos llevar a Juan Valdez a ese país que recibió la noticia conmigo, y así lo hicimos: desde 2021 estamos allí y hoy es una de las operaciones de mayor crecimiento.
Ser líder para mí significa tener el privilegio de apoyar a las personas de mis equipos para crecer, descubrir oportunidades y capturarlas en el ámbito profesional. Así se potencian sus capacidades y las de la organización.
Además, hay tres elementos que considero clave para crecer como líder: formación y búsqueda de espacio de profundización en el conocimiento de manera constante, búsqueda de oportunidades de exposición y experiencias que nos nutran como líderes, y acompañamiento de personas (mentores, coaches) que crean en nosotros y nos impulsen”.

RETOS PARA LOS LIDERES EMPRESARIALES
Para Cristina Vélez Valencia, decana de la Escuela de Administración de la Universidad EAFIT, existen tres puntos que se deben considerar para entender los retos de los líderes empresariales:
1. Un ambiente complejo
Por mucho tiempo se les ha pedido a los líderes empresariales que sean empáticos, que conecten con su entorno y que trabajen en las diferentes dimensiones de la sostenibilidad. Ahora, además de esto, se les pide que se enfoquen en generar ingresos pensando en los shareholders (accionistas), y no solo en los stakeholders (grupos de interés).
En este momento, el rol de los empresarios es descifrar esa dualidad y buscar un punto en el que puedan conectarse con la sostenibilidad sin desatender los requisitos de rentabilidad de las empresas.
2.Conectarse con lo social
Los líderes empresariales en Colombia tienen un reto especial. En los países emergentes no pueden desconectarse de su entorno; es decir, los empresarios colombianos tienen que trabajar todos los días en su licencia social para operar. Esta es una licencia que no emite nadie, es tácita y se obtiene a partir de la relación con el entorno y las comunidades. Actualmente, los empresarios están en medio de tensiones, y ahí deben trabajar para mantener activa esta licencia.
3.Volver a lo sostenible
Las empresas sostenibles no van a pasar de moda. Quienes han tejido la sostenibilidad en su estrategia van a tener una ventaja siempre. La idea de las empresas que sin pensar en el largo plazo solo se ocupan de la rentabilidad es por definición poco sostenible. La oportunidad será para las empresas que estén conectadas con la sostenibilidad desde su estrategia.

*Una plataforma que permite unir WhatsApp, Facebook, Instagram, Telegram y Livechat en un solo lugar para que las empresas puedan centralizar y automatizar sus canales y procesos.
No hay que perder la autenticidad cuando se lidera
Por Andrés Felipe Uribe.
“Yo creo que con la experiencia uno se va dando cuenta de que tiene ese poder de liderar. O al menos así me pasó a mí. Cuando regresé a Colombia, luego de graduarme en Canadá, se me hizo muy difícil conseguir trabajo. Mientras estaba en esa búsqueda decidí iniciar mi primer emprendimiento. Me encargaba de crear aplicaciones móviles para iOS y Android; duré alrededor de cinco años, pero no le veía escalabilidad. Sin embargo, como tenía que estar en contacto con clientes, me di cuenta de que las personas confiaban en mí y seguían mis palabras. Esa fue como una primera señal de liderazgo.
En 2018, junto a tres socios, creamos B2Chat, un software para manejar WhatsApp de manera empresarial. Comenzamos a trabajar y logramos tener un equipo inicial de siete personas. Seguimos creciendo y más gente ingresó a la compañía y depositó su confianza en un proyecto que apenas iniciaba. Entonces, noté que lo que yo quería transmitir se ejecutaba. Además, las personas me escuchaban y confiaban en mí. Ahí me comencé a sentir cómoda y a reconocer ese liderazgo innato. Esto ha sido clave en mi experiencia, porque para mí un jefe es el que simplemente asigna tareas, pero en el liderazgo se crea confianza.
En el camino he encontrado retos, pero mi optimismo me ha ayudado a convertirlos en ventajas. Cuando regresé a Colombia, me encontré con que no había muchas mujeres liderando en tecnología. Esto también lo utilicé a mi favor, incluso cuando estaba en un evento, para poder obtener recursos. Éramos cinco compañías y yo era la única mujer. En ese momento fui muy explícita con los ejecutivos: era la oportunidad perfecta para ver lo que las mujeres podíamos hacer.
Como una líder joven mi evolución ha sido en el hacer. Yo siento que la experiencia es la base de todo liderazgo, pero también la escucha. Oír, ver y reunirse con otros líderes me ha nutrido muchísimo. En este camino también he encontrado cosas muy buenas y otras muy difíciles, pero siempre hay cuatro herramientas que me han ayudado: comunicación, confianza, transparencia y optimismo”.
En los inicios de mi carrera en consultoría pude acceder a otros espacios y conversaciones de alto nivel que me ayudaron a fortalecer mis roles de business intelligence y mercadeo. Esto terminó de consolidar mi papel actual como presidenta de Procafecol.
El proceso de selección para este cargo fue de gran expectativa por una oportunidad enorme de crecimiento y, a su vez, me trajo las preguntas que vienen al asumir retos que no había enfrentado antes. La noticia sobre mi elección la recibí en septiembre de 2018 cuando estaba aterrizando en Turquía. Desde el momento cero empecé con mucha ilusión y compromiso. Incluso soñé que algún día pudiéramos llevar a Juan Valdez a ese país que recibió la noticia conmigo, y así lo hicimos: desde 2021 estamos allí y hoy es una de las operaciones de mayor crecimiento.
Ser líder para mí significa tener el privilegio de apoyar a las personas de mis equipos para crecer, descubrir oportunidades y capturarlas en el ámbito profesional. Así se potencian sus capacidades y las de la organización.
Además, hay tres elementos que considero clave para crecer como líder: formación y búsqueda de espacio de profundización en el conocimiento de manera constante, búsqueda de oportunidades de exposición y experiencias que nos nutran como líderes, y acompañamiento de personas (mentores, coaches) que crean en nosotros y nos impulsen”.

RETOS PARA LOS LIDERES EMPRESARIALES
Para Tomás Ríos, director de On.going, Centro de Emprendimiento de Impacto de la Universidad EAFIT, los desafíos que enfrentan los líderes emprendedores son cuatro:
1. Capacitarse
No todo está escrito y hay un momento donde los líderes emprendedores no encontrarán respuestas para todas las preguntas. En su libro Mindset, Carol Dweck plantea que el emprendedor debe estar evolucionando su conocimiento todo el tiempo, y aprender de su contexto y de otros sectores, pero no hay un único camino para formarse.
2. Crear comunidad
La soledad del emprendedor es uno de los mayores desafíos en América Latina. Desde el momento cero parte solo con su idea sin saber a dónde ir ni qué hacer y sin una ruta clara. En la ciudad se viene trabajando para acompañarlos, pero todavía falta mucho.
3. Crecimiento acelerado
Los líderes tienen una experiencia marcada en gerenciar empresas, pero el crecimiento de estas es vertiginoso. Hoy están enfrentando retos para los que no se formaron, lo que genera que muchas empresas salgan del mercado.
4. Construcción de confianza
Crear un ecosistema donde el emprendedor sea capaz de lograr lo que quiere y reciba apoyo es vital. Cuando se tiene un entorno de confianza, el líder puede alcanzar sus objetivos con mayor facilidad. En la actualidad existe desconfianza hacia los emprendedores, por lo que el panorama es más complejo, puesto que no solo se trata de crear una compañía, además se debe involucrar a empleados y proveedores, entre otros.z

Líder en las tribunas, líder en la política
Por Salomé Arroyave B.
A Daniel Carvalho le gusta el reggae, el punk y el pastel hojaldrado, aunque cree que sus harinas pueden ser desastrosas. Es hincha del Deportivo Independiente Medellín y cumplió su sueño futbolero tras asistir a su primer mundial en el 2014, evento que recuerda no solo por el polémico gol de Mario Alberto Yepes, sino porque ese viaje lo llevó a ejercer el liderazgo público.
Carvalho hoy es representante a la Cámara, pero siempre tuvo la habilidad para ser una buena o mala influencia. “Yo era un indisciplinado con buenas notas, el mejor Icfes del colegio, pero no me dejaron graduar por problemas de conducta”. Una aparente ambivalencia que lo llevó a ejercer un liderazgo desde la alegría y la empatía, pero al mismo tiempo un rasgo que también trabajó para ser más responsable: “Ser líder no se trata solo de tomar decisiones deliberadamente, sino de hacerlo con propósito, compromiso y con la responsabilidad que implica influir en la vida de otros”.
En el Mundial del 2014, escribía en Facebook historias detalladas de cómo se vivían los encuentros desde las tribunas. Cuando Colombia debía enfrentar a Brasil en cuartos de final, se le agotó el dinero para viajar a la ciudad donde ocurriría el partido; quienes leían su contenido recogieron dinero para financiar sus viáticos. “Me escribió un muchacho, me dijo que solo tenía 10.000 pesitos y me los consignó. Yo me pegué una llorada […] Ese viaje cambió mi vida”.
Con esa experiencia entendió que su liderazgo no solo podía ser el del amigo que gestiona la fiesta, sino uno en el que las personas depositan sus sueños y esperanzas.
“Yo creo que las características de un buen líder son la confianza, la capacidad de comunicación, la empatía con el otro, la buena representación de las personas y la identidad; yo me puedo poner una camisa blanca como todos, pero a mí me reconocen por ser el man parchado de rastas”.
Pero liderar en el sector público no es como liderar en un entorno de amigos: también requiere enfrentar desafíos propios del medio; “de todo lo que se hace, siempre se resalta lo que sea sensacionalista. Además, los resultados pueden ser muy frustrantes, aunque como hincha del DIM tengo alta tolerancia a la frustración”, dice y agrega que también ha aprendido a no solo fijarse en los resultados, sino también en el proceso, y destaca a su equipo como pilar de su liderazgo: “Yo soy el trabajo que hace mi equipo. Me rodeo muy bien, y esa es mi verdadera virtud”.
Carvalho es ingeniero civil y urbanista; sin embargo, considera que sus experiencias de vida son mucho más trascendentes para ser un buen líder: “Cuando elegimos a un gobernante estamos eligiendo una historia de vida. No es lo mismo alguien que leyó mucho a alguien que vivió mucho. A fin de cuentas, ese mismo cotidiano es lo que la gente vive”, concluye.

RETOS PARA LOS LIDERES EMPRESARIALES
Para María Bibiana Botero el liderazgo no es un privilegio de unos pocos, sino una capacidad que se desarrolla con rigor y compromiso, que se debe formar, transformar, cualificar y fortalecer. Una responsabilidad que implica influir en la vida de otros, inspirar y pensar en el futuro. “No se trata solo de tomar decisiones, sino de hacerlo con sentido de propósito y compromiso con el impacto que generan”. Para ella, los retos de un buen líder son:
1. Visión de futuro
No solo gestionar el presente, sino imaginar y proponer conversación de futuro. Construir una hoja de ruta clara y movilizar a otros hacia ella.
2. Integridad
La ética y coherencia entre las convicciones, lo que se dice y las acciones. La coherencia debe ir acompañada de un sentido de autocrítica que le permita al líder cuestionar sus propias posturas y sesgos.
3. Capacidad de escucha: el liderazgo no significa imponer: consiste en construir con otros. Un líder genuino escucha, reconoce la validez de distintas perspectivas y aprende en el proceso.
4. Capacidad de ejecución
La visión sin acción es solo una idea. Un líder efectivo transforma propósitos en hechos, gestiona recursos y logra resultados tangibles.
Adicionalmente, para el liderazgo público son fundamentales las alianzas público-privadas porque ayudan a resolver problemas sociales. Además, el liderazgo incluyente debe estar dispuesto a tener conversaciones que incomoden desde una escucha activa y a contar con un buen equipo para gestionar las emociones y situaciones que se pueden generar en un medio frustrante.
*Tallerarte es un proyecto cultural y de memoria abierto a personas de todas las edades y que busca ampliar el acceso al arte. Ubicado en el barrio Doce de Octubre, ofrece talleres gratuitos de arcilla, charlas con artistas, ciclos de cine, visitas guiadas y otras actividades que fomentan la creatividad, el pensamiento crítico y el aprendizaje.
Esculpir la transformación social
Por Valentina Chavarría C.
“Creo que el liderazgo se construye con el tiempo, no surge de la noche a la mañana. En mi caso, ha sido un proceso marcado por experiencias, aprendizajes y por el ejemplo de mi mamá. Ella fue madre comunitaria en un contexto donde la violencia marcaba la cotidianidad del barrio El Picacho.
Yo le ayudaba a ella en el cuidado de los niños y en diferentes tareas. Siempre participé en proyectos comunitarios. Aprendí de comunicación popular, a tomar fotos y a editar. Esa experiencia me dio un fuerte sentido de pertenencia y compromiso con mi territorio.
Mi historia con Tallerarte comenzó en 1995, cuando tenía siete años. Crecí cerca de Guillermo Villegas (artista, maestro y fundador del taller) y de su familia. En la adolescencia me alejé un poco, pero cuando decidí estudiar artes plásticas, mi vínculo con el taller se fortaleció.
Este espacio de escultura popular se convirtió en un refugio para muchos, un lugar de reconciliación que ha sido testigo de pactos de no agresión y de convivencia sana. Guillermo fue quien escuchó y dio voz a los jóvenes del barrio en momentos de disputa. A través del arte, les brindó la oportunidad de expresar sus emociones y transformar su realidad.
En 2016, asumí el reto de ser la representante legal de Tallerarte y en 2019, tomé la dirección del taller. Liderar un proyecto cultural y comunitario en un espacio donde tradicionalmente los hombres han tenido el poder ha significado enfrentar resistencias y desafíos constantes, como el machismo. No se trata de reemplazar a Guillermo, sino de continuar con la misión que él inició: defender un lugar de memoria y consolidar este proyecto dentro del circuito artístico de la ciudad.
He aprendido que liderar no es imponer, sino construir desde lo común, priorizar lo público y lo colectivo. Significa también crear espacios de encuentro, conectar con las personas desde el lenguaje, escuchar y ser conscientes de los contextos en los que cada uno habita”.
RETOS PARA LOS LIDERES EMPRESARIALES
Para Adolfo Eslava, es fundamental reconocer que la región cuenta con un enorme capital social, cultivado durante más de un siglo; esto ha permitido que el liderazgo social no sea entendido como una cualidad exclusiva de una sola persona o sector. Por el contrario, ha estado presente de manera transversal en las empresas, las organizaciones sociales, la academia y las instituciones gubernamentales.
Para momentos de crisis, Eslava identifica diversos desafíos y oportunidades que el liderazgo social debe enfrentar y reforzar.
1. La unión
Es crucial trabajar desde lo colectivo, desde el encuentro y la construcción compartida. El liderazgo no pertenece exclusivamente a una élite ni a un sector: es un rasgo identitario que debe ser reconocido y fortalecido. La unión, entendida como una articulación multisectorial por el bien común, debe consolidarse en una agenda social compartida, para así imaginar y construir un presente más justo y un futuro lleno de esperanza.
2. La confianza
Uno de los pilares para que el liderazgo social funcione es la construcción de confianza. Hoy en día, uno de los factores que más debilitan la democracia es la desconexión creciente entre gobernantes y ciudadanía, entre las instituciones y las personas. Por eso se necesitan diversas voces legítimas y cercanas.
3. El cuidado de la palabra
En un contexto donde la desconfianza institucional ha crecido, en gran parte debido a promesas incumplidas, se vuelve urgente reivindicar la palabra como un acto ético y transformador. La palabra tiene el poder de construir vínculos y abrir caminos al diálogo. Implica también el uso de herramientas esenciales: argumentar con respeto, escuchar con apertura, aceptar la diferencia, estar dispuesto a cambiar de opinión, aprender del otro y dejarse transformar por la conversación. En ese gesto ético, la palabra se convierte en punto de partida para una democracia más sólida y humana.