Los experimentos que construyen el país
Los laboratorios económicos se consolidan como una eficaz herramienta para probar, evaluar e implementar políticas públicas.
Por Francisco Saldarriaga
¿Qué deben hacer las autoridades para reducir el crimen en lugares considerados “puntos calientes” o de alta delincuencia? ¿De qué manera los subsidios del Gobierno inciden en la productividad de los trabajadores? ¿Cómo la distribución de las tareas del hogar afecta la estabilidad financiera de una familia?
Estas son algunas de las preguntas que constituyen el punto de partida de las investigaciones en ciencias económicas. Mediante laboratorios buscan evaluar las políticas públicas antes de ser implementadas y con experimentos ponen a prueba el impacto de programas de gobierno.
Uno de los intereses de la economía es comprender las causas y los efectos de las dinámicas sociales en nuestra vida cotidiana. Para ello utilizan diversas técnicas como los experimentos controlados. Allí los participantes se dividen en grupos de control, sin intervención, y grupos de tratamiento, en los que se realiza algún tipo de intervención, y se les asigna una tarea o se les pide que tomen decisiones en circunstancias específicas.
Estos experimentos también tienen múltiples aplicaciones en comunidades y territorios en lo que se conoce como Lab in the field o Laboratorio de Campo. Y en los casos que requieren innovar en el tratamiento de ciertos problemas, se aplica el método conocido como Prueba Controlada Aleatorizada. En estas intervenciones usualmente los participantes no saben que están siendo parte de un experimento y son asignados de forma aleatoria a un grupo de tratamiento o a un grupo de control.
“Todas estas experiencias han demostrado ser muy útiles cuando no existen muchos datos ni documentación disponibles, o requieren experiencias particulares para probar planes antes de que se ejecuten como políticas públicas y acciones de gobierno”, explica Amalia Rodríguez Valencia, profesora de Políticas y Desarrollo de la Escuela de Finanzas, Economía y Gobierno de la Universidad EAFIT.
Un ejemplo de ello lo brinda el economista estadounidense Michael Kremer, uno de los invitados de honor al Congreso Mundial de Economía que se realizó del 11 al 15 de diciembre en la Universidad EAFIT. Kremer junto a Abhijit Banerjee y Esther Duflo fueron galardonados con el premio Nobel de Economía en 2019 por la aplicación de la economía experimental en políticas públicas para combatir problemas de pobreza y desigualdad en el mundo.
Kremer cuenta cómo un experimento económico reveló que para combatir los altos niveles de ausentismo y deserción escolar de niños en Kenia, África, resultaba más conveniente invertir en programas de salubridad pública infantil, que en programas de dotación y asistencialismo del gobierno local.
Michael Kremer recibió el Nobel de Economía por su trabajo en economía experimental para combatir la desigualdad.
Algunos experimentos
Para responder a las necesidades de un desarrollo sostenible, la Universidad EAFIT creó el Centro de Valor Público. Un espacio que genera aprendizajes y conocimientos capaces de incidir en la agenda de asuntos públicos regionales y nacionales. Esta iniciativa nace de la experiencia del Centro de Análisis Político y el Centro de Investigaciones Económicas y Financieras. Su trabajo lo realiza a través de seis líneas de investigación y acción: Gobierno y democracia, Territorios, Mercados y sectores, Inclusión y diversidad, Seguridad y justicia, y Medio ambiente.
La línea de Seguridad y Justicia, por ejemplo, realizó un experimento en cinco ciudades, en el tema de justicia procedimental, es decir, como se comportan los policías cuando se relacionan con los ciudadanos. Para ello aplicaron un entrenamiento a policías aleatoriamente seleccionados. Al evaluar su impacto se identificaron los procedimientos más positivos que fueron incorporados al entrenamiento de todo el personal policial.
Pero no solo estas investigaciones se aplican a los organismos o entidades públicas. También han demostrado una gran utilidad en una mejor comprensión de fenómenos sociales. Por ejemplo, entre 2018 y 2019, el Centro de Investigaciones Económicas y Financieras de EAFIT, realizó un experimento para tratar de contrarrestar el poder que tenía los combos y bandas ilegales presentes en más de 80 sectores de Medellín. Seleccionaron aleatoriamente 40 de ellos y la Alcaldía de la ciudad hizo una intervención con acompañamiento de gestores territoriales. Al comparar estos sectores con los otros, que solo habían tenido una presencia regular de las entidades públicas, se pudieron identificar las acciones más eficaces para mitigar la incidencia de los grupos delincuenciales en estos territorios.
“Uno de los objetivos principales de la economía es el estudio de los recursos escasos. Cuando hay restricciones de recursos cómo se hacen las cosas de manera más eficiente. Estas experimentaciones también contribuyen a un ahorro de costo-beneficio, la optimización de los recursos públicos y mejoran la eficiencia de programas a implementar. Incluso evalúan la pertinencia y utilidad de acciones en determinadas comunidades”, afirma Santiago Tobón, director de la iniciativa de Seguridad y justicia del Centro de Valor Público de EAFIT.
De esta manera, la experimentación económica también ha propiciado un nuevo enfoque, donde lo rural y lo urbano no están separados, sino que son un continuo interrelacionado. Posibilita la innovación generando diversas alternativas en la cadena productiva, una transformación creativa hacia la sostenibilidad ambiental, y la articulación de políticas adecuadas a las dinámicas de las comunidades campesinas, pertinentes con las características de sus territorios.
Como resultado de este trabajo el Centro de Valor Público ha aportado recomendaciones al Ministerio de Agricultura que son aplicadas en Mi registro Rural, una plataforma que permite a más de 10 mil productores de asociaciones familiares y campesinas del país conocer los programas, proyectos e incentivos que ofrecen las entidades del sector agropecuario para mejorar su economía. “Así hemos logrado articular capacidades académicas y experiencias sociales en la gestión y ejecución de políticas públicas”, afirma Juan Carlos Muñoz Mora, líder de la iniciativa de Territorio del Centro de Valor Público de EAFIT.
“Contrario a lo que se cree, Colombia no está sobre diagnosticada. Hay una gran cantidad de problemas que apenas estamos descubriendo con estos métodos y estrategias; que sacan a la luz dificultades y necesidades que requieren soluciones desde las políticas públicas, más diversas, innovadoras, creativas, ingeniosas e incluyentes. Que convocan la participación conjunta de diversos sectores: la academia, las entidades públicas y privadas y la cooperación internacional. Sabemos que nos falta mucho, pero también podemos aportar y ayudar a resolver estos problemas con otras herramientas. Es el esfuerzo que estamos haciendo desde la universidad”, resalta el investigador Santiago Tobón.
A futuro la experimentación económica será usada cada vez más para incidir en la toma de decisiones en todo nivel, público y privado, comenta la profesora Amalia Rodríguez. Así como lo menciona Michael Kremer en su discurso de aceptación del premio Nobel: “Son una herramienta para la innovación, ya que permiten probar alternativas y elegir las más exitosas. Esto las hace una fuerza importante para el cambio”.
“La experimentación económica nos permite acercarnos a los territorios en su amplitud y complejidad. Tratando de entender las brechas y divergencias entre las diversas comunidades y los diversos comportamientos que se manifiestan en nuestra sociedad”.
Juan Carlos Muñoz, líder de iniciativa de Territorio del Centro de Valor Público de EAFIT.
Precisión y pertinencia
En 2020, la línea de seguridad y Justicia del Centro de Valor Público de EAFIT, pudo determinar mediante experimentos económicos, que más de 150 mil hogares y negocios de la ciudad de Medellín pagaban algún tipo de extorsión a los combos o bandas de delincuencia organizada. Cuando las denuncias apenas superaban las 600. Lo que demuestra que a través de estas creativas e innovadoras herramientas se pueden generar diagnósticos más precisos para diseñar programas pertinentes en el tratamiento de problemas de nuestra sociedad.
Algunas investigaciones
Algunos experimentos económicos realizados en Colombia, son muestra del amplio espectro de investigaciones que aportan nuevos enfoques y aprendizajes para implementar políticas públicas acorde con nuestra realidad:
Orazio Attanasio, Sandra Polanía y Luca Pelleranoc identifican las razones por las que los beneficiarios del programa Familias en Acción demuestran mayores niveles de cooperación que quienes no reciben este subsidio estatal.
Andrés Moya, de la Universidad de los Andes, evalúa cómo la violencia ha aumentado la aversión al riesgo y afecta la capacidad para salir de la pobreza de personas víctimas del conflicto armado en Colombia.
Lina Moros y María Alejandra Vélez de la Universidad de los Andes y otros coautores internacionales investigan por qué una vez finalizan los programas de conservación ambiental no tienen continuidad en las comunidades capacitadas
Y Amalia Rodríguez de Universidad EAFIT indaga sobre las preferencias de las personas cuando deben tomar decisiones que afectan el bienestar de otros.